Con un significativo aumento de matrícula, con la implementación de dos niveles educativos;
primero y segundo año de enseñanza básica y con nueva directora, esta comunidad escolar se
platea nuevos desafíos para mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje.
Desde 1982 esta unidad educativa ha permitido que muchas familias de Villarrica cuenten
con un importante apoyo para lograr educar a sus hijos con dificultades de aprendizaje y
necesidades educativas permanentes.
Este año la matrícula aumento de 30 a 51 estudiantes, quienes son atendidos en forma
integral y personalizada por un completo equipo interdisciplinario de profesionales. Cecilia
Zambrano, educadora diferencial y con 7 años trabajando en la misma escuela, es quien lidera
a partir de este año: “Muy contenta porque ya conozco las necesidades y ya hay un gran
cariño por los estudiantes. Estoy con mucho ánimo y ganas de hacer un excelente trabajo”,
comentó la profesional.
Fortalecer Actividades Pedagógicas
El foco está en reforzar la participación del establecimiento en diversas actividades
comunitarias, además la idea es fortalecer las redes de apoyo y dar a conocer el importante
trabajo educativo y de formación que se realiza en el establecimiento.
“Este año tenemos como misión reactivar muchas redes, siento que es necesario que la gente
de Villarrica nos conozca. Estamos enfocados en participar y sumarnos a la máxima cantidad
de actividades posibles: recreativas, deportivas culturales y cívicas. Queremos marcar
presencia y mostrar el trabajo que realizamos para que los niños, niñas y jóvenes que
atendemos, construyan un buen futuro”, aseguró la directora Cecilia Zambrano.
Actualmente están implementados los talleres de madera, repostería, manualidades, huerto y
jardinería, hierbas medicinales y flores decorativas, iniciativas que les permite a los
alumnos, desarrollar habilidades y obtener un oficio para en el futuro enfrentar el mundo
laboral.
Visita a Huerto Educativo
Hace algunos días los integrantes del nivel laboral, visitaron la Huerta Agro Ecológica “El
Boldo”, de la Pontificia Universidad Católica, Campus Villarrica, espacio emplazado en
pleno humedal y en un maravilloso entorno natural.
Los estudiantes observaron aquí una gran diversidad de plantas comestibles y medicinales. La
visita se convirtió en una efectiva herramienta pedagógica para fomentar y fortalecer
valores de cuidado a la naturaleza, de auto-cultivo y de alimentación saludable.
A través de un trabajo en contacto directo con la naturaleza, esta experiencia re-conectó a
parte de esta comunidad escolar con la tierra, el agua, el aire, los ciclos y ritmos naturales,
permitiendo el aprendizaje de la diversidad biocultural del territorio.