Una efectiva estrategia ha mejorado la convivencia escolar del establecimiento. Se trata de la entrega voluntaria de celulares por parte de de los estudiantes, medida que está aprobada por el Consejo Escolar y que es consensuada por la comunidad educativa.
“Ha sido una de las medidas más exitosas que hemos implementado, la verdad es que si bien con la pandemia utilizamos los celulares para los procesos pedagógicos, los estudiantes se volvieron mucho a lo tecnológico. Desde el año pasado el equipo directivo y de convivencia, sugirió evitar el uso de los celulares en la jornada escolar, ya que obstaculizaba los aprendizajes”, aseguró Cesia Montalba, directora de la escuela.
Al inicio de la jornada, los estudiantes de manera autónoma, depositan sus teléfonos en cajas, las que se guardan en un lugar seguro, para terminadas las clases, regresar los celulares a los niños y niñas.
En agosto del año pasado se generó este protocolo, al que diariamente se adhiere más del 50% de los 500 estudiantes que forman parte de esta comunidad escolar. “A mí me ha ayudado a controlar su uso, a no caer en el exceso. También me sirve para concentrarme en los aprendizajes. Antes este pasillo estaba lleno de niños y niñas con celulares, apartados de los demás, ahora no; ellos conversan y es mucho mejor”, señaló Florencia Berdugo, alumna del 6° A de la escuela.
A un año de llevar a cabo esta medida voluntaria, se ha mejorado el bullying las grabaciones involuntarias y también la atención en las clases. “Es una buena medida por varias razones; la primera porque mejora la convivencia escolar, ya que habían muchos problemas entorno a los teléfonos: se perdían, se sacaban fotos sin permiso. Por otro lado hay estudios que dicen que el uso del teléfono disminuye la capacidad cerebral y de atención de niños y niñas. En tercer lugar los estudiantes llegaban a la sala concentrados aún en sus juegos y costaba iniciar la clase. Ahora vemos más atención en el
aula y mejor sociabilización, ha sido muy positiva la medida”, comentó Miguel Astete, docente del establecimiento.
Por su parte Patricio Bórquez, encargado de la Unidad de Convivencia Escolar de esta unidad educativa puntualizó: “La convivencia ha mejorado desde el punto de vista de la interacción: ellos pueden conversar en el comedor, mientras almuerzan, también jugar en los recreos. A los niños y niñas los vemos corriendo, inventando juegos propios de su edad y eso es gracias a que ya no están metidos en los celulares todo el día”. A pesar que la tecnología es parte de la cotidianidad, en Chile no hay ni regulaciones ni orientaciones sobre el uso de celulares en establecimientos educacionales. En este sentido la Escuela José Abelardo Núñez, es pionera en implementar una medida que ha dado buenos resultados y que se espera en el futuro, forme parte del reglamento de escuelas y liceos.